Más logros de nuestra amiga y compañera Carmen Belmar.

28.08.2022

Hoy publicamos un artículo del Diario de la Mancha  LANZA, donde narran una nueva proeza de nuestra amiga Carmen Belmar, compañera y protagonista del proyecto ONCE CIMAS, donde  afronta el reto de ser la primera mujer con discapacidad visual en coronar las cimas más altas de la Comunidad Valenciana. 

Carmen es una deportista imparable, positiva y resiliente. Entre muchas de sus virtudes destaca su sencillez, la perseverancia y la constancia, todo un ejemplo de superación para cualquier persona con y sin discapacidad. 

La atleta de Carrión de Calatrava de 53 años, que sufre retinosis pigmentaria y miopía magna, ha logrado coronarse pentacampeona nacional de trail running.

Carmen Belmar es una atleta Carrión de Calatrava que lleva 22 años en la Comunidad Valenciana, donde ha desarrollado su vida y su carrera deportiva. Una carrera que comenzaba de forma tardía, motivada por su amor por la montaña, su afición al senderismo y el empeño en no dejar que su enfermedad le impidiese cumplir sus objetivos. Carmen tiene miopía magna y retinosis pigmentaria, dos enfermedades degenerativas y hereditarias que le han permitido vivir de forma autónoma gran parte de su vida.

Con el paso del tiempo, su visión se ha mermado notoriamente, situándose actualmente en menos de un 5%, distingue colores y volúmenes a muy corta distancia. Carmen es consciente de que su visión puede seguir descendiendo: «Conozco la enfermedad y sé que puede culminar con la ceguera».

La carrionera siempre ha estado ligada a la naturaleza, por ello participaba en rutas de senderismo organizadas por la ONCE, lo que ha significado la primera piedra de su exitosa carrera. Durante una de sus salidas le propusieron probar el trail running y, más tarde, la posibilidad de viajar la empujó a competir. Esta modalidad es idónea para la atleta de 53 años, mezcla deporte, naturaleza y la autorrealización de ser ella quien decide lo que puede hacer: «Hay que aceptar lo que te pasa y aprender a vivir con ello»; esta es su mentalidad, luchar por hacer lo que te llena, el deporte en la naturaleza.

Su historia podría ser la de alguien que, pese a sus problemas visuales, ha continuado haciendo deporte. Pero no, es aún más inverosímil. Carmen comenzó a correr hace 7 años, cuando su enfermedad ya se había agudizado. Además, el trail running es una modalidad especialmente difícil dada su condición, ya que si no sortea los obstáculos propios de la montaña puede poner en riesgo su integridad.

Desde 2016 compite en el circuito de Carreras por Montaña, organizado por la Federación Española de Deportes para Ciegos coordinados con la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada. Durante estos años de competición ha arrasado en el circuito, consiguiendo 5 campeonatos nacionales seguidos. Este año está luchando por el segundo puesto, ya que en el deporte adaptado no hay categorías por edades y para Carmen «los años pesan».

El trail running supone recorrer distancias por la montaña con obstáculos, precisando de guías tanto en competiciones como en entrenamientos. La manera en la que corren es usando una barra direccional formada por tres personas: un guía vidente al frente, Carmen en medio y una persona con resto visual, es decir, que mantiene una visión útil. Hay varias formaciones posibles, la que usa Carmen le acarrea una penalización de 30 minutos por carrera, pues ella no es ciega total. En ocasiones ha probado a participar con otro guía deficiente visual en última posición, siendo sancionados con 20 minutos en el crono.

En esta modalidad, los guías son una extensión de los corredores a los que dirigen, les tienen que aportar información sobre los innumerables obstáculos que se pueden encontrar en la montaña: tocones, riachuelos, desniveles... Para ello, la ONCE ha creado cursos para formar guías para varios deportes, mostrando que el deporte adaptado existe y que, como el resto, está evolucionando y profesionalizándose, algo clave para que personas con cualquier discapacidad se lancen a practicar deporte.

El reto personal y deportivo de la carrionera afincada en Lliria no para de sorprender. De sus cinco campeonatos nacionales, en cuatro ha contado con una penalización total de 2 horas, pues son cuatro pruebas y casi siempre competía con una formación de barra que resultaba en sanción.

Carmen es una persona de perfil bajo, que no ha buscado patrocinadores ni fama, se ha centrado en su pasión, la montaña, que describe como «su hábitat», y el ambiente que se respira en las competiciones, al que se ha hecho adicta.

Pese a llevar más de 20 años en la Comunidad Valenciana, Carmen se siente «castellanomanchega por los cuatro costados» y el Desafío Vertical de Huerta del Marquesado, Cuenca, fue la primera prueba que corrió en Castilla-La Mancha. Este debut en casa le ha provocó muchas emociones: «Siento que estoy en casa, me han acogido genial y tenía muchas ganas de poder correr aquí». Esta prueba forma parte del Circuito Trail Sierra Alcarria Conquense y en un primer momento no parecía segura su participación, pues no tenía alojamiento ni como desplazarse. Finalmente, con mucho trabajo de la organización, pudo acudir y fue nombrada madrina de la carrera.

La corredora expresó su agradecimiento a todo el equipo de la organización por llevarla allí y dar a conocer su historia, ya que han difundido el deporte adaptado y el nombre de Carmen Belmar, quien reconoció sentirse cómoda en un segundo plano y dejar que sus logros hablen por ella.

Fuente: https://www.lanzadigital.com